viernes, 11 de enero de 2008

El misterio de su rodilla

A eso de hora y cuarto a Andrés ya le aburría la cinta que se proyectaba sobre la pantalla. Miró a su alrededor buscando una distracción y notó una sensación extraña. Provenía de la mujer sentada a su lado. Sentía un deseo incontenible de mirarla pero a la vez una enorme fuerza le detenía. Una lucha interna que supone entre dos desconocidos un muro infranqueable. Se preguntó ¿Le interesaría a ella la película? Miró sutilmente por un lado del ojo. La luz dibujaba la silueta de una rodilla vestida por una media. Era una imagen elegante y sexy. Por la delicadeza de su postura, daba la impresión de ser una mujer interesante. Debía de ser bella y también segura de sí misma por el atractivo de su pierna, que se insinuaba bajo la media.
Podría tocarla, pensó, la rozaré levemente, así podré decir que fue un accidente. Su mano descendió lentamente, de manera casual y notó su tacto suavemente bajo los dedos. Ella no dijo nada, ni siquiera se movió. Miraba la pantalla que cambiaba de color. ¿No lo habría notado? Un poco más... se atrevió a pensar, la retiraré rápido, perdón-nomehabiadadocuenta. Sus dedos corrieron un poco sobre la rodilla. Pero ella no se inmuto. Él no lo comprendía, esparaba un sobresalto, o un guantazo. Estaba excitado. ¿Seguiría quieta si... abrazase la rodilla con la mano? El tacto de la media se extendió por su palma. Ambos miraban la pantalla, callados, sin saber siquiera como era el rostro del otro.

No era una rodilla huesuda, sino suave, amable, atractiva. Acarició la piel tras la media con la punta de sus dedos, recorría despacio las formas suaves y redondas de aquella enigmática rodilla. Conforme descendía poco a poco a través de la pierna, sentía el temor o la tentación de que sus atrevidas caricias cayeran por el precipicio hacia el interior de sus muslos. Subir y subir tan desapacio, sentir el peligro y la emoción a cada escalón. Arrastró tras de sí la falda, continuó por sus muslos. Su excitación zumbaba a oleadas bajo la cremallera del pantalón. Ascendió, ascendió lentamente con la mano abierta sobre su pierna. Estaba muy arriba, muy arriba. Podía oir a su lado la respiración profunda de ella, agitada, con los ojos fijos en la pantalla. La media acababa ahí y sus dedos recorrieron el breve paraiso de su suave piel hasta las bragas. Palpó a tientas, curioso, la elevación de su pubis y se deslizó hasta su sexo. Ella respiró más fuerte y soltó un intenso suspiro. Apretaba con el movimiento agitado de sus muslos la mano contra sus labios. Las bragas se empapaban presionadas entre los dedos y el sexo.

Y en aquella cercanía, en aquella fusión, ninguno de los dos desconocidos apartaba los ojos de la pantalla.

5 comentarios:

joakko13bis dijo...

que pasaria despues??? qndo se encienden las luces???

Manzanita dijo...

Eso quisiera saber yo!
bZitos chiquititos.

AnA dijo...

Uff... haces que vuele demasiado la imaginación. ¿Cómo no me había enterado de la existencia de este gran pequeñito rincón del mundo?

Me encantó el "Ella es odiosa" pero... No se decantarme entre tu voz entonando una melodía o unas palabras tuyas.

Miles de besos.

SOMMER dijo...

La verdad es que la película debía de ser la mar de interesante...

Silvia dijo...

Quisiera yo saber por qué ¡¡AHORA!! me entero yo de que andas por estos lares escritorciles. Ya te vale...¿quién es el responsable de este desconocimento?


...pero bueno, mil besos, de todas formas :-P...